La realidad de la Inteligencia Artificial: «Ir en el coche viendo una película tendrá que esperar…»
La integración de algoritmos de ‘machine learning’ está transformando multitud de ámbitos de nuestra sociedad, desde el sanitario hasta el financiero. Estos son los avances que la IA ha convertido ya en una realidad.
Qué va. No somos conscientes de ello, pero la IA ya está aquí. Y no hay mejor ejemplo de ello que esas fotografías tan coloridas que acostumbramos a sacar con el móvil gracias al algoritmo de procesado que integra. O las omnipresentes recomendaciones que nos saltan en pantalla cada vez que terminamos una serie en nuestro servicio de vídeo en streaming favorito. Y qué decir de los precios imbatibles que caducan en una hora y encontramos cada dos por tres al finalizar cualquier compra online… De todo ello te hablaremos en este nuevo canal, egIA guztIA.
La Inteligencia Artificial es toda una realidad, y está cambiando el mundo rápidamente, sin que nos demos cuenta. Al igual que sucedió con internet o con la llegada del smartphone, aún tardará en integrarse en todos los ámbitos de nuestra vida, pero lo cierto es que cambiará radicalmente la forma de relacionarnos con las máquinas y utilizar las herramientas digitales. Alberto Pascual -director ejecutivo de Ingram Micro España-, Daniel Taboada -CEO de ARBENTIA-, y Jaime Balañá -director técnico de NetApp para Iberoamérica- analizan cómo está transformando nuestro día a día.
Conducción autónoma
Parecía una utopía pero es toda una realidad: más allá de las puestas en escena de Elon Musk, un vehículo ya es capaz de autoconducirse y recorrer un trayecto sin intervención humana. Es el llamado (y esperado) nivel 5 de conducción autónoma, sólo que… cuenta con un pequeño gran inconveniente. «La regulación aún obliga a que haya un humano al volante para que pueda tomar el control en cualquier momento en la carretera. Así que esa escena soñada de ir en el coche viendo una película tendrá que esperar», explica Alberto Pascual. Eso sí, no tendrá que hacerlo el aparcamiento automático, una aplicación que cada vez comienza a implantarse en más vehículos: ahí es el propio coche quien toma el mando de las operaciones gracias a sus cámaras y sensores, a la vez que guía a un usuario que sólo ha de manejar los pedales para encajarlo en el hueco correspondiente.
Sea como fuere las aplicaciones prácticas que ofrece la IA en los vehículos a día de hoy son innumerables. «Cualquier sistema de inteligencia artificial no necesariamente muy avanzado puede regular ya automáticamente parámetros del vehículo como la temperatura, la iluminación, la música ambiental o la configuración de los asientos para adaptarse a cada usuario. También son capaces de alertar de si, una vez cerrado el coche, se ha quedado dentro un niño o una mascota, por ejemplo. Sin olvidar esos avisos relacionados con la situación del entorno al conducir, indicando si hay peatones u otros coches cerca», afirma el director ejecutivo de Ingram Micro España.
Medicina y salud
No hay duda, la IA se ha convertido ya en un complemento imprescindible para todo tipo de diagnósticos médicos. «La principal aportación de la Inteligencia Artificial está en la capacidad de predicción a partir del análisis de grandes volúmenes de información, porque hasta ahora la medicina se basaba en la intuición y experiencia del médico, y las pruebas diagnósticas de cada paciente», explica Alberto Pascual.
Eso sí, la IA puede ir mucho más allá en el ámbito sanitario. Buen ejemplo de ello es el que pone encima de la mesa Daniel Taboada sobre el análisis de las imágenes médicas: «En radiografías o resonancias magnéticas los algoritmos ya pueden detectar anomalías con una precisión que, en algunos casos, supera la del ojo humano». Otro ejemplo real de las posibilidades del ‘machine learning’ es la asistencia en el seguimiento de pacientes crónicos mediante el uso de dispositivos portátiles conectados y algoritmos que analizan datos en tiempo real, lo que «permite a los médicos controlar a los pacientes de manera continua», sostiene el CEO de ARBENTIA. Y hay más, porque en áreas como las de oftalmología o la UCI la Inteligencia Artificial está cada vez más presente.
Infraestructuras
Desde la gestión energética hasta el mantenimiento de carreteras y edificios. El análisis de datos y la aplicación de algoritmos de IA se está dejando notar ya en nuestro entorno. Tanto es así que «los sensores instalados en estas estructuras recogen datos que pueden predecir cuándo necesitan mantenimiento, evitando fallos costosos y peligrosos», aclara Daniel Taboada. Otro tanto sucede en el ámbito de la agricultura, ya que ayudará a analizar los datos sobre el suelo, los cultivos y el clima. «Los agricultores utilizan esta tecnología para optimizar el uso de agua, fertilizantes y pesticidas, lo que les permite lograr cosechas más eficientes y sostenibles. Un caso llamativo es el uso de drones equipados con IA que controlan el estado de los cultivos, y ello les permite identificar zonas que requieren más atención o posibles plagas y enfermedades», explica el CEO de ARBENTIA.
Y qué decir del sector energético y de las redes eléctricas inteligentes. «Estas utilizan la IA para gestionar el flujo de energía de forma más eficiente, analizando datos en tiempo real sobre la demanda de electricidad, las condiciones meteorológicas y la disponibilidad de fuentes renovables como la solar o la eólica. Gracias a la Inteligencia Artificial, las ‘smart grids’ pueden predecir picos de demanda y ajustar la distribución de energía de manera dinámica, reduciendo pérdidas y mejorando la estabilidad del sistema. Por ejemplo, si se prevé que habrá mucho viento en una zona con parques eólicos, la red inteligente puede optimizar el almacenamiento y distribución de esa energía», añade.
Industria
La Inteligencia Artificial ha llegado a la industria 4.0 para quedarse. De hecho, este segmento es uno de los que más está impulsando la IA y el ‘machine learning’, tal y como asegura Jaime Balañá. «Gracias al uso de datos y de estas tecnologías, los fabricantes están reposicionándose en un mercado cada vez más exigente», afirma, al tiempo que enumera algunos ejemplos que ayudan a entender los beneficios que conlleva la IA. «Cuando se combina con la visión por ordenador, se mejora el control de calidad y se detectan anomalías en productos defectuosos aún en la fábrica. El mantenimiento predictivo, por su parte, evita hasta el 75% de los errores de producción e incrementa la productividad en un 25%», argumenta el director técnico de NetApp para Iberoamérica.
La IA cada vez cuenta con un mayor número de aplicaciones prácticas en la industria. Es el caso del mantenimiento inteligente, ya que «los sensores conectados con IA capturan y analizan datos de operación de las máquinas para identificar posibles accidentes, y además predicen el tiempo de inactividad». También ofrecen un gran control de la calidad, «con la posibilidad de detectar defectos en tiempo real», y la gestión de la cadena de suministro, «donde la IA facilita preparar inventarios en tiempo real, con información valiosa sobre proveedores y previsión de precios de materias primas». Por último, el director técnico de NetApp para Iberoamérica hace hincapié en la gestión de procesos, ya que «la automatización de las fábricas impulsada por la IA permite realizar operaciones más seguras, mejorar la eficiencia energética y optimizar la producción».
Y para muestra, un botón: a día de hoy ya hay empresas que cuentan con robots colaborativos, los ‘cobots’, que trabajan codo a codo con los empleados en tareas repetitivas y de precisión. «Estos robots aprenden de sus compañeros humanos y se adaptan sin necesidad de complicadas programaciones», añade Daniel Taboada.
Servicios financieros
Análisis de riesgos, patrones de consumo de los clientes, seguridad de las transacciones… si hay un área que se está beneficiando ya de las ventajas de la IA es el sector financiero. «La IA está ayudando mucho a las entidades bancarias e incluso a los seguros a la hora de analizar grandes volúmenes de datos para extraer conclusiones de forma automática: gracias a ella el profesional puede tomar después las decisiones oportunas. Por ejemplo, ya se usa para el análisis de riesgo crediticio de un cliente al que se está valorando conceder un préstamo o una hipoteca, así como de empresas a las que se va a otorgar una línea de crédito», explica Alberto Pascual.
Sea como fuere, hay un ámbito para el que la IA está especialmente dirigida: la prevención del fraude: «Con ella se puede, por ejemplo, determinar si la operación que supuestamente está realizando un usuario es real o se trata de una suplantación de identidad», añade el director ejecutivo de Ingram Micro España. ¿Cómo? Analizando el patrón habitual de consumo del cliente y detectar cambios muy sutiles que inviten a pensar que ese movimiento en particular no lo está realizando él.
Más allá de ello, los algoritmos y el ‘machine learning’ también están facilitando mucho la labor en términos de análisis avanzados de datos. «Los equipos contables pueden automatizar tareas tediosas, como el registro de datos y la conciliación de cuentas», afirma Daniel Taboada.
Ocio y hogar
No hay duda: cada vez estamos más rodeados de dispositivos que integran algoritmos de Inteligencia Artificial que mejoran sustancialmente la experiencia de usuario. Ejemplos hay para dar y regalar, pero estos son ámbitos a los que más partido sacamos en nuestro tiempo libre:
Asistentes virtuales. «Hey Google». Con únicamente dos palabras el comedido asistente de voz de Android se pone en nuestras manos, y a partir de ahí… solo queda echarle imaginación: nos ofrece la previsión del tiempo, nos agenda una reunión de trabajo e incluso apaga las luces de la habitación a la hora de dormir. Otro tanto sucede con las numerosas ‘skills’ de Alexa (Amazon), o los beneficios que ofrecen Siri y Cortana, agentes elegidos por Apple y Microsoft respectivamente para sus sistemas operativos (iOS y Windows). Sus ventajas son prácticamente ilimitadas, sobre todo cuando las interconectamos con todo tipo de dispositivos IoT o en el mismo coche: eso sí, con la sombra de la privacidad siempre presente….
Videojuegos. Otro sector que se ha visto especialmente beneficiado de las posibilidades de la IA. Y es que ya no sólo posibilita la generación de nuevos escenarios y niveles (en juegos como ‘Los Sims’, ‘Minecraft’, etc.), sino una óptima gestión de los NPC, personajes que cobran vida propia sin intervención de los desarrolladores y que enriquecen el contexto y la interacción con los jugadores. Eso sí, lo más sorprendente de la Inteligencia Artificial es una experiencia no siempre obvia pero… imprescindible: los nuevos algoritmos ya son capaces de adaptarse a la pericia del ‘gamer’ de turno. En otras palabras, títulos como el FC 25 de EA Sports modifican la habilidad de los jugadores que controla la máquina, para que golear al Athletic con la Real Sociedad sea extremadamente fácil..
IA generativa. Hay un antes y un después de ChatGPT. Y es que el chat conversacional de OpenAI sacó a relucir en 2022 todas las posibilidades que ofrece la IA: traduce todo tipo de textos, genera resúmenes de libros, adapta el nivel de sus conocimientos a la edad del interlocutor, interactúa con el internauta, se conecta a internet… Con Gemini (Google) a la expectativa y Copilot (Microsoft) como alternativa, es el gran referente. Eso sí, no hay que desmerecer propuestas como las de Midjourney, DALL-E 2 y compañía: son capaces de generar imágenes muy profesionales de la nada (más allá de un poderoso ‘machine learning’). Con todo, no hay mayor ejemplo del potencial de la Inteligencia Artificial que las apps de generación de audio (Suno AI) y, sobre todo, las de vídeo: Sora, Vidu y sobre todo Meta Movie Gen convierten cualquier ficción en toda una realidad. Y todo, gracias a la Inteligencia Artificial.