La importancia de la tecnología como motor de atracción del talento en el sector energético

Vivimos tiempos “verdes”. Hoy, más que nunca, cobra especial relevancia la inversión y apuesta por energías renovables. Esto nos lleva, sin duda, a un boom de compañías y a crecimientos exponenciales en un sector al alza. Pero dicho crecimiento no está exento de exigencia. Exigencia que obliga a los gestores de las organizaciones a ser capaces de organizar una expansión que, en la mayoría de los casos, requiere despliegues internacionales.

Toda esta exigencia demanda el uso de una tecnología que facilite la automatización de procesos y la gestión, pero, sobre todo, expone a las organizaciones a uno de los retos más complejos: la atracción y, sobre todo, retención del talento para hacer frente al a la expansión.

Cuando hablamos de compañías del sector de las energías renovables, observamos en una misma organización actividades muy diversas, que van desde la gestión de la construcción de los parques de energías renovables (eólica, fotovoltaica…), hasta la propia explotación del parque en sí. Esto demanda un modelo de venta de energía, en muchos casos a particulares, que pasa por la relevancia de los procesos financieros y por los complejos entramados tesoreros que estas organizaciones precisan. Todo ello, hace necesario contar con personal específico y cualificado para el desempeño de diferentes roles en organizaciones multiactividad.

Muchas de estas subactividades (como lo es el negocio de la construcción) se encuentran con la dificultad de atraer y retener el talento mencionado. Para un creyente como yo, la tecnología puede suponer un motor importante que dote al equipo humano de medios que faciliten la gestión administrativa diaria y la toma de decisiones, gracias a herramientas de gestión que permiten a las personas aportar un mayor valor añadido al trabajo para el que han sido contratadas. En definitiva, la tecnología en si misma también supone un motor de atracción y retención del talento.

¿Quién quiere incorporarse a una organización para desempeñar un rol de director de tesorería, si tiene que dedicar el 90% de su tiempo a la labor manual de cálculo de comisiones bancarias, al descargo de extractos bancarios o a la conexión a la banca electrónica de cientos de entidades para ejecutar transferencias concretas? Solo la tecnología posibilita y habilita a los empleados para el desempeño eficiente de tareas administrativas y su foco en el valor que pueden aportar.

¿Quién quiere dirigir la obra de un parque fotovoltaico si tiene que reestimar su obra con una labor manual y tediosa de control de lo ocurrido y lo esperado, dedicando largas horas administrativas a obtener un dato que sea poco fiable por su alta probabilidad de error? Disponer de sistemas de gestión de la rentabilidad del proyecto en tiempo real y el control de las desviaciones en obra accesibles desde dispositivos móviles es una obligación.

¿Qué empleado está dispuesto a hipotecar sus años profesionales subido a un avión cruzando el mundo de un lado para el otro, por su alto grado de conocimiento o especialización en temas concretos relacionados con su actividad?  Apostar hoy por la realidad aumentada con sistemas de asistencia remota facilita a los empleados más cualificados la entrega de asistencia técnica en los parques y mejora la transmisión de conocimiento a las nuevas generaciones; al tiempo que posibilita el acceso a mano de obra menos cualificada, pero de mayor cercanía, suponiendo un ahorro significativo no solo en costes de desplazamiento, sino y sobre todo, en menores índices de rotación.

Y podría lanzar un largo etcétera de preguntas cuyas respuestas redundarían en lo mismo, la importancia de transmitir una buena experiencia de empleado, en muchos casos, posibilitada a través del despliegue de la tecnología. Tecnología que, además, es motivacional por lo innovadora que puede resultar. A nadie se le escapa que disponer de tecnología innovadora (como la Inteligencia Artificial) que permita predecir riesgos de desviaciones en obras en curso o anticipar la compra adecuada del material necesario en el momento oportuno, dota a los empleados de variables relevantes para la toma de decisiones y supone un factor motivacional para la captación y retención del talento.

En definitiva, la tecnología es demandante en nuestro sector, no solo ya por la importancia para el control de nuestro negocio y la defensa de nuestros márgenes, sino también para la gestión de nuestros recursos humanos.

¿A qué esperamos? No podemos esperar a una tecnología mejor, es el momento de actuar.