Muchos lo hemos escuchado de nuestras abuelas y abuelos… la salud entra por la boca. Qué importancia le daban a nuestra alimentación, ¿verdad?
Hoy en día, la sociedad da mucha importancia a comer sano y equilibrado, pero no solo damos importancia al momento de alimentarnos, sino que, cada vez, el consumidor es más exigente a la hora de conocer el origen de un producto y todos los procesos por los que ese alimento ha pasado hasta llegar a nuestras bocas, ganando importancia un correcto etiquetado con información clara y concisa donde podamos reconocer todos los ingredientes del etiquetado de nuestras comidas y bebidas.
Cada vez es más común ver al consumidor en el súper de siempre, escudriñando el etiquetado del producto que está pensando en llevar a casa. Con ese nivel de exigencia que el mercado está marcando nuestras empresas trabajan por optimizar sus procesos de trazabilidad alimentaria, buscando:
- Dar información veraz al consumidor.
- Garantizar la calidad del producto durante todo el proceso.
- Probar y acreditar la retirada de un alimento del mercado.
La trazabilidad alimentaria es un concepto recogido en el Reglamento 178/2002 que nació entre finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI y que ha cambiado por completo esta industria. Se acabó el no saber de dónde viene un producto, cómo se alimentan los animales en las granjas o dónde ponen las gallinas los huevos que encontramos en el supermercado. Toda esta información podemos conocerla en cuestión de segundos.
Gracias a la tecnología existen varias maneras de automatizar este enorme flujo de información, algo que beneficia tanto a las empresas como a los usuarios finales.
¿Qué es la trazabilidad alimentaria?
La trazabilidad alimentaria es lo que permite que cualquier usuario pueda rastrear el camino que ha seguido un alimento desde el momento de su producción hasta el momento que llega a su mesa.
Hoy en día, tanto los usuarios de ‘a pie’ como los usuarios profesionales pueden acceder con detalle a todo tipo de información sobre los alimentos que van a comprar o los que van a vender ya elaborados, respectivamente. Esto ofrece una mayor seguridad alimentaria, además de una oportunidad única a la hora de reducir costes.
¿Por qué es importante su medición?
Uno de los hechos que dio lugar a la normativa de trazabilidad de los alimentos fue la crisis de la enfermedad de las vacas locas. Hacía falta saber cómo se alimentaban los animales, en qué condiciones vivían y a qué lugares se distribuían posteriormente, ya que esta era la única manera de garantizar una reacción ágil ante posibles brotes de enfermedades que amenazasen a la vida humana.
De ahí, que en la actualidad podamos no solo identificar cada producto con claridad, sino que además podamos saber todo tipo de información con total transparencia sobre el camino que han seguido y los procesos que han atravesado.
La creación de un sistema blockchain de trazabilidad en la industria alimentaria y su medición, por tanto, ha supuesto un enorme salto de calidad a todos los niveles. Esta tecnología que se basa en una cadena de bloques facilita el rastreo y seguimiento de los productos garantizando seguridad, el conocimiento de todos los actores presentes en la cadena de suministro y aportando una mayor confianza a los consumidores.
Tipos de trazabilidad alimentaria
Existen dos formas principales de clasificar los tipos de trazabilidad en los alimentos: vertical y horizontal o hacia atrás y hacia delante.
- La trazabilidad alimentaria vertical se aplica a los productos cárnicos, pescado, lácteos o huevos, los cuales cuentan con una regulación específica, Reglamento 931/2011.
- La trazabilidad horizontal es la que se aplicaría al resto de alimentos.
- En cuanto a la trazabilidad hacia atrás, es el rastreo que se lleva a cabo desde un producto final hasta sus distintas materias primas.
- Por el contrario, la trazabilidad hacia delante permite conocer la distribución del producto.
Además, también podemos incluir otro ejemplo de trazabilidad alimentaria. La trazabilidad alimentaria interna, la cual se lleva a cabo en los negocios de hostelería para saber en todo momento qué productos han sido empleados en cada elaboración gastronómica.
Ventajas de utilizar un software para la trazabilidad alimentaria
Contar con un programa informático de ERP para alimentación como Microsoft Dynamics 365 Business Central es esencial sea cual sea el sector al que se dedique la compañía que vaya a utilizarlo. Estos son algunos de sus principales beneficios:
- Control milimétrico de la trazabilidad alimentaria.
- Garantía de cumplimiento de las distintas normativas alimentarias.
- Toma de decisiones más inteligentes y eficientes.
- Reducción de costes.
- Mejora en la atención directa al cliente.
- Mayor eficacia en la gestión del inventario.
Informatizar el control de trazabilidad con un software ERP como Microsoft Dynamics 365 Business Central significa tener toda la información determinante para el negocio en la palma de la mano, bien organizada y pudiendo elaborar análisis exhaustivos en tiempo real que ayuden a impulsar la empresa.
Cómo controlar la trazabilidad en la industria alimentaria
La forma más efectiva de controlar la trazabilidad en la industria alimentaria es mediante el uso de un software ERP que permita el acceso total y en tiempo real a todo tipo de información acerca de los productos con los que se trabaja. Esta información no solo es necesaria para la empresa, la cual puede gestionar el ciclo completo que recorren los alimentos para evitar que se contaminen o haya riesgos para los seres humanos, sino que los consumidores también podrán beneficiarse del uso de esta tecnología al poder conocer los procesos por los que han pasado los alimentos que adquieren en los comercios.
Además, un sistema ERP permite a las compañías del sector alimentario tener un control del stock de los productos que se almacenan y la capacidad de atajar cualquier tipo de problema sanitario que pueda surgir, como tener un control de los lotes y conocer su ubicación exacta en el almacén para acudir a ellos en caso de emergencia sanitaria o, sacar conclusiones para conseguir una optimización y buen uso de los recursos como por ejemplo cambiar de proveedores con el objetivo de ahorrar costes y conseguir maximizar los beneficios de la compañía.