El improbable día en el que los robots sustituirán completamente a los humanos
La Inteligencia Artificial multiplicará los recursos y las posibilidades de una industria 4.0 que apuesta a caballo ganador en busca de una mayor productividad
Muchos restaurantes ya cuentan con eficientes robots de cocina que tan pronto amasan pan como cocinan al vapor… e incluso ofrecen propuestas diarias adaptadas a las necesidades personales de cada usuario. Otras tantas compañías no dudan tampoco en tirar de asistentes mecánicos con vida propia a la hora de organizar paquetes y realizar inventarios en grandes almacenes. Todo esto suena futurista, sí, pero es muy real. Lo más llamativo de estos fichajes estrella, bien conocidos por todos, es que no son de carne y hueso y ni siquiera están inscritos en la Seguridad Social: se trata de simples máquinas que tiran de Inteligencia Artificial para desempeñar su labor de una forma tan rápida como eficiente. Sólo hay un previsible problema: ¿y si acaban sustituyendo a los seres humanos?
«Los robots ya están ocupando roles en tareas repetitivas y peligrosas como en fábricas o entornos de riesgo, lo cual es un gran avance – explica Daniel Taboada, CEO de ARBENTIA-. Sin embargo, muchas áreas aún requieren de la capacidad de adaptarse a situaciones imprevistas, la toma de decisiones complejas y la interacción social, y ahí los humanos son insustituibles. En lugar de reemplazar del todo a las personas, los robots probablemente seguirán complementando el trabajo humano, centrándose en las tareas rutinarias y repetitivas para dejar que las personas se enfoquen en tareas de mayor valor añadido».
Y para muestra, un botón: a día de hoy ya hay empresas que cuentan con robots colaborativos, los ‘cobots’, que trabajan codo a codo con los empleados en tareas repetitivas y de precisión. «Estos robots aprenden de sus compañeros humanos y se adaptan sin necesidad de complicadas programaciones», añade.
En la misma línea se pronuncia Alberto Pascual, director ejecutivo de Ingram Micro España, que recuerda que el proceso no va a ser muy diferente del que hemos visto desde la Revolución Industrial. «Las máquinas se quedarán en aquellos ámbitos y tareas donde aporten más valor, desplazando a los humanos a aquellas otras en las que nosotros podamos hacerlo mejor o sea necesario que lo hagamos. Quizás para cargar grandes pesos o transportar elementos de un lado a otro podamos optar por robots, lo que reducirá el riesgo de accidentes y lesiones en humanos que, mientras tanto, podrán estar haciendo alguna tarea que una persona haga mejor. Hay que reconvertirse, simplemente», destaca.
Los beneficios de la IA en la industria 4.0
Sea como fuere, lo que está claro es que la Inteligencia Artificial ha llegado a la industria 4.0 para quedarse. De hecho, este segmento es uno de los que más está impulsando la IA y el ‘machine learning’, tal y como asegura Jaime Balañá, director técnico de NetApp para Iberoamérica. «Gracias al uso de datos y de estas tecnologías, los fabricantes están reposicionándose en un mercado cada vez más exigente», afirma, al tiempo que enumera algunos ejemplos que ayudan a entender los beneficios que conlleva la IA. «Cuando se combina con la visión por ordenador, se mejora el control de calidad y se detectan anomalías en productos defectuosos aún en la fábrica. El mantenimiento predictivo, por su parte, evita hasta el 75% de los errores de producción e incrementa la productividad en un 25%», aclara.
La IA cada vez cuenta con un mayor número de aplicaciones prácticas en la industria. Es el caso del mantenimiento inteligente, ya que «los sensores conectados con IA capturan y analizan datos de operación de las máquinas para identificar posibles roturas y accidentes, y además predicen el tiempo de inactividad». También ofrecen un gran control de la calidad, «con la posibilidad de detectar defectos en tiempo real» y la gestión de la cadena de suministro, «donde la IA facilita preparar inventarios en tiempo real, con información valiosa sobre proveedores y previsión de precios de materias primas, etc.». Por último, el director técnico de NetApp para Iberoamérica hace hincapié también en la gestión de procesos, ya que «la automatización de las fábricas impulsada por la IA permite realizar operaciones más seguras, mejorar la eficiencia energética y optimizar la producción».
La Inteligencia Artificial, un valor añadido
Son sólo algunos ejemplos de las muchas posibilidades que ofrece la IA la industria 4.0 aunque, eso sí, con una realidad que no hay que perder de vista en ningún momento: el valor añadido que ofrece el machine learning. Así lo advierte Alberto Pascual: «El principal uso de la Inteligencia Artificial en el sector industrial tiene que ver con su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos y tomar decisiones, o sugerirlas, en base a esa información. En una fábrica, por ejemplo, ayudará a mejorar la eficiencia de la cadena de producción, impulsando potenciales cambios que permitan optimizar los recursos disponibles para hacer más en menos tiempo o con menos recursos. Si vamos a fases más avanzadas, la IA ayuda en marketing y comunicación, en análisis de mercado y de la competencia, en fijación de precios, distribución…».
Eso sí, este ejecutivo de Ingram Micro España hace especial hincapié en que la apuesta por una IA ha de tener siempre un porqué y un objetivo específico. «En realidad, cualquier ámbito, sector y fase de la producción se puede beneficiar de la Inteligencia Artificial, pero tenemos que saber dónde puede aportar un valor añadido real y focalizar el esfuerzo ahí. De lo contrario, será una simple moda que además convertiremos en un estorbo».